Desde hace siete meses, centenares de curiosos acuden cada día a la isla del Giglio para admirar los restos de la nave Costa Concordia, que el 13 de enero naufragó al chocar contra una roca dejando más de 30 muertos y dos desparecidos entre las víctimas.
La prensa italiana lo define como 'turismo macabro'. Personas que en sus vacaciones se dedican a visitar los lugares que han sido escenario de tragedias. Como era de esperar, con el verano, la llegada de turistas a esta pequeña isla del mar Tirreno se ha triplicado, pero los habitantes, muchos de ellos aún consternados por lo sucedido, comienzan a estar un poco hartos. Leer mas
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