domingo, 19 de agosto de 2012
La ciudad que no llegó a ser
Ya son más de las seis de la tarde, pero al vigilante que se apresta a salir de la caseta al encuentro de la extraña le rezuma el sudor por las patillas: “Aquí solo estoy yo; las obras están paradas”, informa solícito. “No hay nada que ver”. A su espalda se levantan las Cuatro Torres, moles de casi 250 metros de altura que jalonan la entrada norte a la capital por la Castellana. Entre ellas y la tórrida garita del vigilante, un agujero de tamaño colosal: 33.000 metros cuadrados destinados al futuro Centro Internacional de Convenciones en los que, como mucho, se adivinan unos cimientos de hormigón. “Nuevo icono arquitectónico de Madrid”, lo definió el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón cuando colocó la primera piedra, en 2008. Leer mas
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