Pocas veces el trabajo infantil, es una elección. Su principal motor, en la mayoría de los casos, se llama pobreza: ocho de cada diez menores que trabajan viven en familias de ingresos de hasta dos salarios mínimos.
Y mientras los adultos no tengan empleos bien pagados será difícil que niñas, niños y adolescentes puedan abandonar el mercado laboral en el que se exponen a múltiples riesgos, afirman a Excélsior expertos en infancia. Leer mas
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