No era un guerrillero o un revolucionario, no vivía bajo la ley de las armas, pero el tendero Hassan, de 45 años, murió por la sorpresiva bala de un francotirador.
Vecinos y combatientes tuvieron que trasladar su cuerpo hasta las paredes traseras de edificios de departamentos en las calles del vecindario de Mashhad, en Aleppo, con el fin de evitar a los tiradores.
Su esposa estaba a su lado cuando la bala irrumpió a través de su cabeza. La pareja había ido a la ciudad para ayudar a familiares atrapados por la violencia a escapar hacia un terreno más seguro. Leer mas
No hay comentarios:
Publicar un comentario