Brian Munyai ha pasado sus 22 años viviendo en una casita de metal que nunca ha tenido electricidad o agua potable.
Comparte una letrina con sus vecinos. Se baña en una cubeta con agua traída de la llave comunal. Por la noche lee con una lámpara de petróleo.
Condiciones como ésta son típicas para las casi 40,000 personas que viven en los barrios bajos de Kliptown, un distrito de Soweto, en Sudáfrica. Generaciones de familias han vivido en estas casas destartaladas a solo 25 kilómetros de Johannesburgo, la capital económica del país.
Condiciones como ésta son típicas para las casi 40,000 personas que viven en los barrios bajos de Kliptown, un distrito de Soweto, en Sudáfrica. Generaciones de familias han vivido en estas casas destartaladas a solo 25 kilómetros de Johannesburgo, la capital económica del país.
La comunidad ha sufrido desde hace mucho tiempo por las altas tasas de desempleo, crimen y participación escolar trunca, además de que el fin del apartheid hace más de dos décadas no hizo mayor diferencia para cambiar la situación. Leer mas
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